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Grandes Fotógrafos s.XIX - XX "Bruce Davidson "

  • Foto del escritor: eisaphotography
    eisaphotography
  • 19 oct 2020
  • 8 Min. de lectura

Nació el 5 de julio de 1933 en Oak Park, Illinois. Es judío, de ascendencia polaca, y creció con su madre y su hermano, año y medio menor que él, ya que su padre les abandonó a los tres.


Su madre le enseñó a valerse por sí mismo. A ser un hombre desde bien pequeño. y le encauzó, gracias a la fotografía, cuando apenas tenía 10 años y se encontraba perdido. Corría el año 1943 y su madre le montó un laboratorio fotográfico en el sótano de su casa y él salía a fotografiar las calles de su barrio.


Con 18 años, en 1951, empezó a estudiar arte en el Rochester Institute of Technology de Nueva York y realizó sus primeras fotografías en barriadas a vagabundos alcohólicos


Al año siguiente, en 1952, con sólo 19 años ganó el ‘Kodak High School Photographic Award’, gracias a la fotografía que le hizo a un búho.


Acabó sus estudios en 1954, con 21 años y una tesis que fue publicada el año siguiente en la prestigiosa revista Life. Era un ensayo fotográfico sobre los jugadores de football americanos en los vestuarios. Documentó las emociones de aquellos deportistas.


En ese año 1955, comenzó sus estudios en la Escuela de Diseño de Yale, dónde uno de sus maestros fue el artista Josef Albers, y también ese mismo año comenzó el servicio militar en Arizona. Le dieron asignaciones rutinarias, pero él ejerció como fotógrafo. Creó a partir de material aparentemente común, estudios fotográficos únicos. Un editor percibió su valía y le nombró colaborador en el periódico del cuerpo, donde pudo desarrollar su libertad creativa. En 1956, a los 23 años, fue destinado a un campamento militar aliado cerca de París, donde conoció al fotógrafo Cartier-Bresson, que nueve años antes había fundado la agencia Magnum. Le mostró su portafolio y le pidió consejo.


Durante aquel año en las afueras de París, cada fin de semana iba al bohemio barrio de Montmartre. Allí conoció a una anciana de 92 años: Madame Fauché, viuda de un artista postimpresionista de segunda fila llamado Léon Fauché. La fotografió cada fin de semana, en la soledad de su apartamento, paseando por París… y fruto de aquel trabajo nació la serie ‘La viuda de Montmartre’.


En 1957, con 24 años terminó el servicio militar y trabajó como fotógrafo independiente para la revista LIFE.


En 1958, con 25 años, Cartier Bresson, a quien había conocido dos años antes, le invitó a entrar en la agencia Magnum, de la que era el fundador, y, como no podía ser de otro modo, él aceptó y se convirtió en miembro de pleno derecho de Magnum.


Aunque la corriente principal de los fundadores de Magnum consistía en buscar ‘el momento decisivo’, Bruce Davidson -y más tarde Susan Meiselas- dejaron ese estilo de lado y se adentraron en el mundo que fotografiaban para captar su esencia. Nada de observar e irse, sino convivir.


Hizo fotos de gran formato con trípode. Intimaba con sus modelos y volvía a fotografiarles una y otra vez. Los protagonistas le pedían las fotos y él las hacía con gusto y les daba copias.


En ese año 1958, con 25 años, viajó unas semanas con el Circo Clyde Beatty, uno de los más importantes de Estados Unidos, y fotografió no sus proezas y bromas en el escenario, sino el día a día en los camerinos, como hizo años atrás con los jugadores en los vestuarios. Se centró en Jimmy Armtrong, un payaso enano. Su protagonista era un trabajador incansable y un personaje muy divertido de cara a los niños. Pero al cerrarse la carpa, le atrapaba el sentimiento de soledad y aislamiento, que Bruce supo reflejar con respeto y humanidad. No era una mera documentación. Era otra manera de abordar el tema. Una manera de fotografiar comprometida. Nada que ver con el fotorreportaje de la época.


Ese año Bruce leyó un artículo en la prensa que hablaba de una reyerta entre bandas de jóvenes blancos de entre 15 y 17 años de edad. Él entonces tenía 26 años. Le interesó. Contactó con ellos y pasó casi un año completo fotografiándoles en barriadas sin recursos ni futuro. Pero no fotografió las peleas. Sino a ellos. A sus miedos, sus complejos y su día a día.

Primero pasó un tiempo con ellos y se ganó su confianza y empezó a empatizar con ellos. En sus fotos refleja la tensión emocional que vivían, los problemas de abuso y el abandono (él también fue abandonado por su padre de niño). En su «relato fotográfico» se puede leer cómo los chavales conquistan su autoestima, cómo sufren problemas de comunicación, cómo dependen del grupo, como, ante la falta de familia, crean núcleos sustitutivos… Les fotografió con su cámara Leica, que le permitía ser discreto y rápido. Esta serie tiene más acción que las anteriores y denota un estilo más gestual. Una mirada fugaz, parcial y transitoria, al estilo de Robert Frank, estaba aportando una nueva complejidad a la fotografía.

Sobre este trabajo, dijo que «la fotografía requiere preguntas éticas que deben estar presentes antes, durante e incluso después de disparar. A mí, por ejemplo, nunca me interesó sacar fotos sexies de aquellos adolescentes conflictivos, yo quería saber por qué la sociedad les había olvidado, qué ocurría en sus hogares, donde radicaba tanta desesperación”


Al acabar su serie con las bandas, ya en 1960, con 27 años, viajó a Inglaterra. Estaba muy afectado. La experiencia con las bandas le marcó demasiado y en esta ocasión prefirió no intimar tanto con los protagonistas de sus fotos. Por primera vez, marcó cierta distancia con ellos. Es su trabajo menos introspectivo y más urbano.


Fotografió a la clase trabajadora británica, tanto en las fábricas como descansando en la playa. Algunas de sus fotos aquí son más Magnum. Más Cartier Bresson. Utilizó una manera más clásica de fotografiar, si bien algunas de sus fotos de 1960 son innovadoras y personales.


Ese año 1960 también fotografió a Marilyn Monroe y Arthur Miller durante el rodaje de The Misfits.


En la época de los 60, en Estados Unidos los americanos sin derechos luchaban por conseguirlos. Bruce recibió en 1962 (con 29 años) una beca Guggenheim con un proyecto acerca de la situación de la juventud en su país natal. Gracias a aquella beca desarrolló uno de sus trabajos más famosos sobre el Movimiento de los derechos civiles en EEUU (contra la segregación racial).


Sus fotos formaron parte de una exposición individual en el museo MOMA de Nueva York en 1963 (con 30 años).


El periódico  The New York Times le encargó fotografiar los ‘Viajes por la Libertad’. Se montó en un autobús lleno de jóvenes voluntarios –protegidos por la Guardia Nacional– que salió de Montgomery (Alabama) con dirección a Jackson (Mississippi) para luchar por los derechos civiles: todos sus integrantes fueron arrestados al llegar. Era el año 1965. Bruce tenía 32 años.


En estos años, de 1961 a 1965, además de fotografiar la lucha por los derechos civiles en EEUU, también viajó a Europa. Fue su época más activa en intensa fotográficamente hablando. Estuvo en Málaga y Almería, donde fotografió el rodaje de una película bélica, Mando perdido (Lost Command, 1966), protagonizada por Anthony Quinn y Alain Delon que se rodó en Málaga y Almería. Durante las escenas de batallas aparecían niños por todos lados que se tiraban al suelo imitando a los soldados muertos, provenían del barrio almeriense de La Chanca.


También viajó a Sicilia. Y, de vuelta en el nuevo continente, viajó a Oaxaca.


Del año 66 al 68, entre sus 33 y sus 35 años, realizó su trabajo más conocido, que se materializó en un libro publicado en 1969, que fue uno de los más influyentes de la época: ‘East 100th Street’. Lo publicó la Harvard University Press y más tarde fue republicado por St. Ann’s Press y sus fotos fueron expuestas en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.


Se infiltró en la «zona maldita» del ‘Spanish Harlem’, también conocido como ‘El Barrio’. Volvió a hacer como con las bandas de Brooklyn. Se metió de lleno en aquel gueto de negros y latinos invisibles. En esta ocasión Davidson cambió de estrategia y utilizó una cámara de gran formato obteniendo como resultado retratos a medio camino entre la instantánea y el retrato posado. Las cualidades de un negativo más grande y el uso del flash aumentó también la riqueza descriptiva y la precisión. Gracias a este trabajo, recibió la primera beca para fotografía del National Endowment for the Arts.


En la cafetería del Lower de East Side Garden se daban cita los judíos supervivientes del holocausto que llegaron a Nueva York. Lo supo por casualidad, al citarse allí con el protagonista de un documental en el que se hallaba inmerso en 1973: Isaac Bashevis Singer, también judío. Bruce sintió cierta proximidad con estos personajes, a veces solitarios y marcados por un pasado terrible, que le contaban la historia de sus dolorosas vidas en las innumerables visitas que hizo a partir de entonces a esta cafetería para charlar con ellos y fotografiarlos. Iba con una cámara pequeña, pero con trípode y flash. Se acercaba a aquellos judíos hasta el primer plano para hacerles retratos individuales, que a la vez eran corales. En ellos iba superponiendo las historias personales, las tristezas compartidas, las memorias de un pasado común distante, creando un ambiente denso, como detenido en el tiempo.


En 1980, a sus 47 años, capturó la vitalidad del mundo subterráneo del Metro de Nueva York que luego se publicó en un libro, Subway, y se exhibió en el Centro Internacional de Fotografía en 1982. Iba pertrechado de cámaras y accesorios fotográficos, sin esconderse. Lo último que se había hecho en el Metro de Nueva York fue el trabajo del fotógrafo Walker Evans Many (1966), que hacía sus fotos escondiendo su 35mm, pero el trabajo de Bruce no tenía nada que ver. Las primeras fotos del Metro las hizo en blanco y negro. Luego en color, con flash, para oscurecer el fondo y destacar las luces fluorescentes, los graffitis y los sujetos. Pedía permiso a las autoridades para hacer las fotos en el Metro y casi siempre preguntaba a las personas a las que iba a fotografiar. Pedía permiso y enseñaba fotos. Si alguien decía no, era no para siempre. Otras veces disparaba primero y preguntaba después. Otras veces no decía nada. En estas fotos, se recreó en el ambiente claustrofóbico del metro; y su estilo, un tanto invisible en las décadas anteriores, pasó a tener una presencia dominante, incluso beligerante.


Desde 1991 hasta 1995, fotografió el paisaje y las capas de la vida en Central Park, en blanco y negro. Vivía a unas manzanas del parque y era el sitio de su recreo. Sus fotos son testigo del enorme cambio sufrido en los últimos años: pasó de ser un lugar peligroso a una auténtica reserva natural en medio de la ciudad. Exploró el parque con la ambición del naturalista: fotografió árboles, animales y personas, tanto los visitantes como los residentes (los sintecho que se refugiaban allí). Con su habitual pasión, dedicación y paciencia, visitó el parque a diario durante estos años, de día o de noche y en todas las estaciones del año, realizando un completo registro visual y metafórico de este microcosmos que es Central Park.


En las dos últimas décadas, Bruce Davidson centra todo su trabajo personal en el tema de la naturaleza, que, a modo de trilogía, continuará en los espacios que lo natural comparte con la ciudad, en París y Los Ángeles.


Estos son los dos proyectos que cierran esta intensísima vida dedicada a la fotografía con más de cincuenta años continuados de trabajo. Cuando los realizó ya estaba entrado en los setenta años, pero parecía contar con la misma energía, jovialidad y ganas de aprender que tenía de joven y que aún hoy mantiene cuando trabaja en el Museo de Historia Natural, próximo a su casa.


Estas fotografías últimas no tienen un plan preconcebido, salvo el de seguir indagando en la relación de los espacios urbanos y la naturaleza. Están realizadas para el propio disfrute, para el descanso del ojo entrenado y curtido en los temas más comprometidos, para encontrar significado en los pequeños detalles y descubrir revelaciones inesperadas en estos elementos.


En la actualidad tiene 87 años. Está casado y tiene dos hijas.




Fuente: https://fotogasteiz.com/blog/fotografos/bruce-davidson-vida-obra-biografia/

"Calle 100 Este, Harlem, Nueva York, 1966-1968" - Bruce Davidson

 
 
 

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