Grandes Fotógrafos s.XIX - XX "Virxilio Viéitez"
- eisaphotography
- 7 feb 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 18 feb 2020
Virxilio Viéitez (Soutelo de Montes, Pontevedra, 1930-2008), fué un retratista excepcional que reflejó lo cotidiano, sin artificios, de las gentes y familias pontevedresas, logrando imágenes llenas de autenticidad. Guiado por su intuición y con los pocos medios disponibles a su alcance en la época, logró imágenes que documentan un tiempo. Fué la memoria gráfica de su entorno.
Una parte importante de su trabajo fueron las fotografías hechas para los documentos de identidad, realizadas siempre sobre un fondo blanco. Son todo un catálogo etnográfico con los rostros de las personas que, con sus propias características y rasgos, conforman el retrato colectivo de un pueblo.
Un apartado también muy importante en Virxilio Viéitez está definido por las fotografías que se hacían expresamente para enviar a los emigrantes gallegos en América, básicamente en Argentina, México, Venezuela… Los emigrantes, en aquellos sombríos años de la dictadura, enviaban ayudas económicas; y sus parientes, como prueba de verdad, les remitían esas fotografías, documentos visuales de su situación en Galícia. Es decir, si alguien recibía un dinero para que su familia se comprase una radio –todo un lujo en aquellos años–, se fotografiaba con esa radio y le enviaba la fotografía. Le informaba así de que estaba bien y de que ese dinero se había gastado en la petición.
Los trabajos de Viéitez se caracterizan por la sencillez en el posado: no hay teatralidad, ni imposturas. Es la vida en su diario vivir. Las personas se dejan retratar tal y como son, mirando a la cámara, para fijar la eternidad de la mirada. Los resultados son tremendos, personas en sus rasgos más genuinos, o situaciones de un realismo apabullante: las bodas son celebraciones familiares, sobrias, carentes de excesos; los domingos y festivos son para los niños, que se divierten con sus juguetes y llevan sus mejores ropas; los ancianos no esconden sus arrugas, que surcan su piel como tributo a un tiempo perpetuo, atrapado en el tiempo; los entierros son ceremoniales duros, donde se exhibe al finado y no se esconde el duelo… El fotógrafo registró, consciente o inconscientemente la vida cotidiana rural en los pueblos pontevedreses de la comarca Terra de Montes. Una visión cruda y sin concesiones de la España rural de la década de los 60.

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